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NOTICIA A TIEMPO

viernes, 21 de noviembre de 2008

General García, entérese de lo que hicieron dos de sus agentes a un par de mujeres, una de ellas embarazada

General Hector García, vamos a comentarle por aquí lo que hicieron dos de sus "fieros" agentes en el Ensanche Ozama a un par de mujeres, una de elllas con "un barrigón", a "un tris de parir". Lo hicieron nada más y nada menos cuando crecen en el país las voces que reclaman el cese de la violencia contra las mujeres.
Se lo voy a contar tal como me lo explicaron "para que lo diga por Ciudadoriental.com".
Ocurre que un par de mujeres Sugeiry Ramírez y Yudeli Casado, esta última con ocho meses de embarazo, iban en uno de esos vehículos del "concho", en calidad de pasajeras.
Procedían de la carretera Mella, para doblar hacia la izquierda en la avenida Sabana Larga, justo en la esquina donde está el cuertal policial del Ensanche Ozama.
En el lugar había un "señor tapón", de esos que "mandan madre". El tiempo pasaba, y la desesperación se apoderaba de los automovilistas. El tapón era por todas partes. El Semáforo cambió tres veces.
¿A que usted no se imagina quién provocaba el tapón?
Se lo voy a decir: Dos de sus encantadores agentes quienes, con una displicencia total, dejaron estacionado el vehículo policial casi en medio de la vía.
Ellos están convencidos de que, por ser policías, pueden ocupar el medio de la vía, frente al cuartel, el tiempo que les venga en ganas y que nadie puede decirles nada porque son "los papaupas de la matica".
El sol caía a plomo y la indignación aumentaba entre los automovilistas, pero nadie puede decirle nada a esos "leones".
Sin embargo, estas mujeres no aguantaron más y, cuando al fin lograron cruzar por el frente en el vehículo del concho, una de ellas le gritó a los policías
- "¡ Por eso e´que ta´mo así como ta´mo!" "¡Abusadores!", y el vehículo siguió la marcha.
Esas expresiones cargadas de justa indignación, fueron suficientes para que los dos agentes se envalentonaran, se metieran en su vehpiculo y persiguieran al carro de concho como si allí fueran dos peligrosas delincuentes armadas hasta los dientes.
La ira se apoderó de los dos policías, quienes pisaron el acelerador y atravesaron su vehículo por delante del "concho". El pobre chofer, un evangélico, se agarró de Dios para reclamar respeto,pero qué va, aquellos todopoderosos defensores del bien y de los indefensos no oían ni entendían nada.
-"¡Salgan de ahí, coño! ¡Ustedes tienen que respetar a la policía! ¡Ustedes van presas!".
- Señor agente, pero ellas no han hechonada, dijo el chofer.
- ¡Cállese, sino Usted también va preso!, replicó uno de los agentes.
El momento era difícil. Dos mujeres aterrorizadas, temían ir "presas" porque estos tipos podían golpearlas ya dentro del cuartel.
Era el regreso de los tiempos del "¡Tránquenlo!", que de tiempo en tiempo surge en la cabeza de muchos policías estúpidos, que no quieren darse cuenta de que esos tiempos fuieron superados tras este pueblo derramar mucha sangre.
Los dos policías provocaron entoncves un tapón mayor en la avenda Sabana Larga. Las dos mujeres se resistían a ir "presas" porque "no hemos hecho nada". La que estaba embarazada entraba en pánico y temblaba sentada en los contenes.
Una de ellas, llamó por teléfonmo a su esposo, Daniel Vizcaíno, quien corrió en auxilio de las dos mujeres que estaban a punto de ser golpeadas por los policías ante su resistencia a ir "presas".
Y llegó el esposo, ya se imaginan, airado e indignado, y reclamó que le explicaran porqué ellas dos iban a ser encerradas, bajo cuales cargos...
Y vinieronlas explicaciones...
- "Ofendieron a la Policía, y a la Policía hay que respetarla".
Y encontes dijeron que las dos mujeres los insultaron y que por eso tenían que ser encarceladas. ¡Vaya usted a ver!.
Y allí mismo se formó el tranque, Vizcaíno se tomó el pleito para él, como es natural, y dijo que ni su esposa ni la amiga embarazada irían presas y que los policías hicieran loq ue les diera la gana, incluso, que les dispararan.
El momento era de tensión. Los curiosos se acumulaban.
Y Vuzcaíno, tomó por los brazos a los dos mujeres y se las llevó, ¡Hagan los que les de la gana, si quieren disparen, pero ellas no van presas!, gritó.
Y se las llevó mientras los dos agentes quedaban en el medio de la calle, con otro tapón, la imagen maltrecha y con infulas de perdona vidas frustrados.
Por suerte, la sangre no llegó al río. Pero la mujer embarazada aún hoy, viernes 21 de Noviembre, (esto que le cuento ocurrió ayer en la tarde), está temblando.
General, investigue esa denuncia, sus hombres no pueden estar manchando el honor de su uiniforme ni su gestión.
Es verdad, es una conducta de imbpeciles y abusadores eso de estacionar el vehículo policial en medio de la vía frente al cuartel policial por tiempo indefinido. Dígale que yo también los considero unos abusadores y que por eso es que estamos como estamos.
Investigue la denuncia, porque después las cosas malas de estos "trujillitos" se le pegan a Usted, y Usted no merece que eso le ocurra.
Dígale a esas bestias que los tiempos del ¡Tránquenlo" hace tiempo que se pasaron. Es más, si lo desea le puedo elaborar una lista enorme de montones de dominicanos que dejaron el camino repleto de sangre para acabar con esa era de abusos policiales y militares.
Yo sé que Usted no es como ellos y sabrá imponer las sanciones corespondientes. Usted no tiene pínta de esbirro, como esos dos abusadores que deberían dedicar sus esfuerzos a respaldarlo a Usted en el combate a la delincuencia y no andar abusanco de mujeres.
Estos son otros los tiempos. ¿Verdad que sí, general García? Indague en el Ensanche Ozama, ahíí le dirán su versión de los hechos.
Le comento esto porque estos dos hombres están bajo sus órdenes aquí, en Santo Domingo Este.
Abrazos.

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