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lunes, 2 de marzo de 2009

Juancito y Guzmán Fermìn dejan plantado al Padre Alegrìa en inauguraciòn de capilla encabezada por el Cardenal Lòpez Rodrìguez

por Ciudad Oriental:
La Barquita (Los Mina).- El Padre Gregorio Alegrìa, de la parroquia San Vicente de Paùl, estaba feliz porque inaiguraba el pasado domingo el Centro Comunal y Capilla San Josè, allì, en La Barquita, el mismo lugar que, de tiempo en tiempo, es "visitado" por el rio Ozama.
Sin embargo, se le notaba algo turbado, porque algunas de las personas que le prometieron asistir, brillaron por su ausencia. Fueron estos, el alcalde Juan de los Santos, el Jefe de la Policìa, Guzmàn Fermìn, y el Canciller Morales Troncoso.

Bueno, a este ùltimo èl le perdonaba la inasistencia, despuès de todo, fue el hombre que aportò los primeros 50 mil dòlares con los que iniciò la construcciòn.
Por la administraciòn de ese dinero casi lo crucifican algunas personas del sector que reclamaban "su parte".
Pero, para evitar comentarios infundados, Alegrìa reuniò a los lìderes de la comunidad organizados en la Junta de Vecinos para decidir què hacer con el dinero que le habìa regalado el Canciller a raìz de las tormentas Noel y Olga.
Todos juntos decidieron que lo mejor serìa construir un centro comunal, que a la vez fuera capilla. Iniciaron y terminaron. La obra costò mucho màs que eso porque hasta se comprò un buen terreno en el que propone la construcciòn de un acuertel de Policìa.
Precisamente, para eso querìa que el Jefe de la Policìa fuera a la misa inaugural, para pedirle que construya un cuartel en La Barquita. El terreno se lo donarìa la iglesia. Pero Guzmàn Fermìn lo dejò plantado.
Quienes no lo dejaron plantado fueron los vecinos de la comunidad, sobre todo, los que tienen "màs juventud acumulada" , ni la Senadora Cristina Lizardo; la regidora Edita Sandoval; Luis Acosta Moreta, (El Gallo); ni Anibal Paula, el Director del Distrito Escolar 10-04, que màs bien tiene apariencia de sacerdote.
Estos estaban en primera fila. Allà afuera estaba el coronel Hilario, del Departamento Felicidad, en sus asuntos, con sus policìas desplegados "por si acaso".
El cardenal llegò y se dedicó a lo suyo. Pronunciò una homilìa en la que instò a la feligresìa a ayunar, a hacer penitencias y a dar limosnas.
Se mostrò complacido con la obra encabezada por e lpadre Gregorio,en este lugar invadido por la miseria y la delincuencia, a poca distancia del trayecto recorrido hace unas cuantas semanas por la reina Isabel de España.
Independientemente de cualquier desaire, fue una ceremonia impecable. Ahora, los vecinos de La Barquita tienen otro lugar donde reunirse y, porquè no, refugiarse cuando el rìo los visite.

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