Por: Félix Hirujo Señor Director, Hará cosa de cuatro semanas comencé a recibir llamadas telefónicas de amigos, indagando si yo tenía alguna relación con la publicitada obra de teatro Me Dejo por Nueva York, pues su temática parecía copia fiel y exacta de un poema titulado La Traición que escribí el viernes santos de 1995, y publique cuatro años más tarde como parte del libro de poemas Al Maestro con Cariño.
Como mis obligaciones productivas en el municipio de Oviedo, donde resido hace un par de años, me impiden ocuparme en persona del asunto me comunique con mi primo y dilecto amigo el Lic. Julio Díaz Capellán, Director de Tratamientos de Hogares Crea, para que hiciera las indagaciones de lugar y si había méritos suficientes procediera a reclamar nuestros derechos en los Tribunales de la República.
Lo primero que dejé en claro al Lic. Julio Díaz era que no me interesaba conseguir dinero, y que si teníamos ganancia de causa en los tribunales, como indudablemente la tendremos después de haber visto los ensayos de la obra, y como de seguro también lo estará la opinión publica cuando lea el poema La Traición, donaría todo el dinero a los Hogares Crea, para ser destinado a los Hogares para niños, niñas, y adolescentes, adictos a las drogas.
Partiendo del hecho cierto de que en el mundo literario existe la convicción de que una obra tiene que defenderse ella misma, sin el auxilio de su autor, dejaré que el poema La Traición, mi hijo, de apenas catorce años, demuestre por sí mismo que es el padre de mi nieto, la obra de teatro Me Dejo por Nueva York.
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