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miércoles, 25 de agosto de 2010

Tomás Castro denuncia falta objetividad de periodistas en Caso Paya

Afirma algunos reporteros serían asalariados del Ministerio Público

Por Robert Vargas

Santo Domingo RD.- Esa denuncia se veía llegar. Es más, demasiado tiempo tardó. Y este día miércoles se produjo en pleno tribunal.

El letrado Tomás Castro, defensa técnica del imputado Andrés Berroa Mercedes, se levantó de su asiento y se colocó directamente frente a los jueces que integran el tribunal colegiado que juzga a los imputados de asesinar a siete colombianos y provocar heridas a un costarricense en el marco de lo que ha sido denominado "Caso Paya".

Castro no tuvo reparos en denunciar la "falta de objetividad" de algunos periodistas que cubren las incidencias del Caso Paya.

Es más, el letrado se aventuró a sugerir que quizás uno que otro periodista sea, en realidad, un asalariado del Ministerio Público para ayudar a dar forma a una "novela" que presente a todos los imputados como "culpables" con el ánimo de influir en la opinión pública y en los jueces.

Mucho tardó Castro en hacer la denuncia.

Desde el punto de vista del abogado, esa práctica "viene de lejos".

Cuando Castro hizo su denuncia, le dijo al tribunal que en los tribunales de justicia estadounidenses los periodistas no se atreven a informar más allá de lo que realmente acontece en el escenario a partir de las informaciones que allí se producen.

Sin embargo, argumentó, algún periodista "de la prensa escrita", que no identificó, ha colocado en boca de los imputados versiones que ellos nunca han dicho y que solo han sido sostenidas por los testigos del Ministerio Público.

Alega que esos periodistas presentan solo una cara de la noticia, no las contrastan.

Y parece que no se equivoca, puesto que es común que periodistas que cubren en el Caso Paya informen de manera muy parcial lo que allí ocurre.

Hablan, por ejemplo, de que, "el imputado tal explicó cómo fueron ejecutados"....o que " el imputado tal dijo cómo fue transportada la droga", sin que nadie en la sala escuchara a ese u otro imputado hacer esas declaraciones.

Solo se apoyan en testimonios dados por testigos del ministerio público que, allí mismo, han sido tildados de mentirosos por los afectados.

Lo interesante del caso es que algunos de esos periodistas sirven a sus medios solo una versión parcial y no explican las versiones de los imputados.

Claro está, las declaraciones de Tomás Castro irritaron al Ministerio Público que, airado, reclamó respeto para la prensa de la cual dijo elogios.

Francisco Polanco, el líder del Ministerio Público en el Caso Paya, también protestó por la afirmación de Castro de que uno que otro periodista sería asalariado del MP para ayudarle a crear la "novela".

Pero no solo Polanco reaccionó irritado, sino que también lo hicieron un puñado de reporteras y reporteros que estaban en la sala.

No les gustó esta afirmación y, por lo bajo, dijeron que Castro estaba molesto porque "no está sonando mucho".

En el Caso Paya es práctica común que la mayoría de los periodistas se acerquen a la Sala de audiencias casi al final y pregunten a algunos de sus colegas:

-"¿Qué fue lo que ocurrió?".

Toman anotaciones y las despachan a sus medios asegurando que "cubrieron el juicio", que se extiende cada día hasta por cuatro y cinco horas, y que ellos solo ven unos minutos.

Otros, cuando suelen asistir reaccionan claramente enojados por la forma de interrogar de algunos de los abogados de la defensa.

Algunos ni siquiera se acercan al lugar donde se producen los debates y luego se despachan con unos tremendos "reportajes" asegurando que "fulano" dijo tal o cual cosa, sin que nunca ese fulano abriera la boca.

Tomás Castro y muchos de los imputados temen que el tribunal pueda ser influenciado por "periodistas asalariados" del Ministerio Público.

Incluso, entre los imputados es creencia generalizada que los jueces no se atreven a fallar a su favor por temor a una prensa cuyos periodistas estarían bajo control del MP.

Por eso ya muchos de los imputados no quieren dar declaraciones a algunos reporteros y solo les piden que observen el juicio y saquen sus conclusiones.

Está claro que, con su denuncia, Tomás Castro ha puesto el dedo sobre la llaga a un problema que afecta severamente la ética de los periodistas en la cobertura de las informaciones.

El letrado es defensa técnica de Andrés Berroa Mercedes, quien ha denunciado que fue víctima de torturas por oficiales de la DNCD que lo interrogaban y pretendían obligarlo a declarar en su contra.

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