SAN JUAN, Puerto Rico.- Decenas de indigentes drogadictos han muerto en una cárcel en el oeste de Puerto Rico durante la última década, dijo una organización civil estadounidense al solicitar la investigación de posibles violaciones a los derechos humanos.La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) afirmó en un informe que algunas de las 53 muertes ocurridas entre el 2002 y el 2008 en la Institución Correccional Guerrero pudieron haberse evitado con una mejor atención médica.
"El alarmante número de muertes en la cárcel de Guerrero y la falta de una adecuada investigación de ellas podrían constituir indiferencia deliberada por parte de la administración de la cárcel hacia las necesidades médicas de estos prisioneros", expresó.
Todos excepto uno de los fallecidos estaban detenidos en espera de juicio en la prisión, de seguridad mínima, y el 73% de las víctimas pereció en la primera semana de confinamiento, de acuerdo con el reporte.
No había señales de violencia. Una vocera del Departamento de Corrección y Rehabilitación del territorio caribeño, Sheila Padín Hernández, dijo que preparaba una respuesta al reporte.
Según relatos anteriores de funcionarios, muchas de las muertes resultaron del consumo de xilacina, un sedante para caballos que los adictos se inyectaban junto con heroína. William Ramírez, director ejecutivo de la ACLU en Puerto Rico, dijo que en esos casos, las víctimas quizá pudieran haberse salvado con una atención médica rápida.
Agregó que la causa precisa de las muertes sigue siendo un misterio en muchos de los casos porque el gobierno no ha investigado apropiadamente. La ACLU lanzó su indagatoria en el 2006 luego de escuchar de la comunidad de indigentes en el noroeste de Puerto Rico algunas versiones de que la policía estaba arrestando adictos y llevándolos a desintoxicación a la cárcel ubicada en la ciudad de Aguadilla.

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