Por Wilson Guerrero B.Santo Domingo Este.-La solidaridad, amabilidad y la forma desinteresada con que actúan los dominicanos, no hay forma de describirla de manera sencilla, a pesar de haber observado muy de cerca las actuaciones de los ciudadanos en mi habitar del popular sector de Los Mina Sur, cuando el pasado sábado 23 del presente mes de enero, el diputado José Cabrera organizó un centro de acopio para recibir todo tipo de ayuda para enviarla a la hermana República de Haití.
Gran conmoción sentí al ver llegar un grupo de niños que desde muy temprano esperaba a que llegarán al Club Los Mina los responsables de recibir las donaciones, para entregar sus colaboraciones, en las que algunos llevaban fundas conteniendo arroz, espaguetis, aceite, pica-pica o una botellita de agua.
Pero lo que me erizó los pelos fue al ver un niñito, entrar al centro deportivo y hacer entrega de su aporte para que fuera llevado a Haití y entregado a uno de los damnificados. En su funda tenía una cuarta de espaguetis, mientras otros llevaron una lata de pica-pica, una botella de agua o una libra de arroz.
Con este gesto esos niños dan el ejemplo de que los dominicanos somos gente bondadosa, que sentimos por el dolor ajeno y por más difícil que sea nuestra situación económica siempre tenemos algo que dar a quien está necesitado, pero además nos enseñan el significativo hecho de que nadie es tan pobre, que no tenga algo que dar, como al igual tan rico que no necesite algo de alguien.
Este gesto pudimos apreciarlo en la actividad que organizó el diputado José Cabrera, con la colocación de un centro de acopio en las instalaciones del centro deportivo, Club Los Mina, para recopilar alimentos, agua y medicamentos, entre otras cosas para ser enviada a Haití y distribuidos entre los afectados por el terremoto que ha conmovido ha todo el mundo.
Éste legislador ha demostrado con los hechos cual es su responsabilidad como miembros de una de las cámaras legislativas (Cámara Baja), al actuar con justeza y honestidad, recaudando y entregando todo lo recaudado, a diferencia de otros que sabemos se enriquecen a costa de la desgracia de los demás.
Por lo que me quedo corto a la hora de describir el gesto, tanto del parlamentario José Cabrera, como de esos niños, que con su actuación engrifaron los pelos de todos los que estaban cerca en ese momento, y que también sirve de ejemplo para ablandar en corazón de quienes lo tienen duro y no le duele ni le preocupa la mala situación o enfermedad de los demás.
Que dios bendiga a los dominicanos, estén donde estén, si son de noble corazón, altruistas, humildes, laboriosos, colaboradores, solidarios y sobretodo sensibles al dolor y a la desgracia de sus semejantes, sin importan en que rincón del mundo se encuentren, si hay un dominicano, me atrevo a decir, sin blasfemar que Dios esta presente.
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