Tiempo

NOTICIA A TIEMPO

sábado, 9 de enero de 2010

Menos tensión en el Caso Paya; imputan a los fiscales falsear fotografías y manipular grabaciones telefónicas

Por: Robert Vargas Santo Domingo.- Un día más en el caso Paya. Esta vez menos policías para custodiar a los supuestos asesinos.También menos miembros del Ministerio Público en la sala de audiencias. Al principio eran 12, como los apostoles. Hoy apenas son ocho.
También menos expectativas en todo el entorno del edificio que aloja al tribunal. Todos tranquilos.

Entre las tropas que custodiaban a los presuntos "despiadados" criminales estaban al menos tres mujeres del equipo Swat, por momento ni armas llevaban. Los aretitos les servían para distinguirlas de sus camaradas varones.Los temibles francotiradores con sus potentísimos fusiles con alcance de hasta 1300 metros no estaban en las azoteas de los edificios. Bajaron al suelo y ajustaron las miras de sus armas a apenas 100 metros.Parece que ya no habían tantas expectativas ni temores de que alguien venga a matar a los acusados en sus propias narices ni de que estos pretenda organizar una fuga en masa.De tanto verse las caras cada semana, dan la sensación de que imputados y custodios ya son amigos.

Pero no hay que fiarse.Yo llegué algo retrasado al tribunal, pero tan pronto me acerqué al perímetro del edificio me di cuenta de que todo estaba en calma y de que las tropas estaban menos alteradas.A las 11.25 am inició su intervención la defensa técnica de Martín Sterlin Villalón, el hijo del senador por Barahona Noé Sterling Vasquez.Era el veterano Juan Esteban Olivero Féliz, un veterano reformista de mil batallas. Fue la primera vez que actuó ante el magistrado a lo largo del proceso.

Comparte la defensa con su hijo. Los dos abogados, polemistas.Olivero Féliz inició con voz calmada, tranquilo. Estaba agarrado a su experiencia de viejo zorro de mil batallas.Comenzó a hablar sobre los errores de la investigación. Todo un teórico. Hablaba mucho. Criticaba al equipo investigador por los supuestos errores que cometió y seguía dando una charla sobre la forma que entendía debería haber seguido el Ministerio Público en la investigación.-"¡Tun! ¡Tun!", se escucharon los dos golpes secos del magistrado Ramón Hiciano Berroa con su mallete.-"Doctor, a mi me gustaría que usted se refiera a los elementos de pruebas.

Entendemos su exposición pero nos gustaría...", le dijo Hiciano Berroa, un magistrado muy joven, si se le compara con el viejo Olivero Féliz.-"Si, si. nos referiremos a los elementos de prueba, nuestras objeciones las tenemos escritas", respondió el abogado barahonero.Y continuó con su perorata. No se refirió a los elementos de prueba. Después de unos minutos finalizó su exposición y entró en escena otro asistente, parece que de su misma oficina.Olivero Feliz regresó a su asiento. No logró satisfacer las expectativas.

Esto no es política, es otra cosa.De nuevo, la defensa técnica comenzó a mencionar supuestas alteraciones de documentos, y alegadas manipulaciones por parte del Ministerio Público.A Sterling Villalón le imputan supuestamente haber tenido en su poder una embarcación que habrían utilizado los colombianos asesinados en Paya, Baní, aquella noche del cuatro de agosto de 2008.Aquí, la defensa técnica revela que la empleada aquella de los colombianos habría dicho, en rueda de testigos, que nunca vio a Sterling Villalón.Lo dijo a pesar de que un oficial le reclamó al menos cinco veces:-¡¿Usted está segura que...?!".Los abogados están en lo suyo.

Se están ganando sus honorarios. Se esfuerzan por desacreditar a la acusación. Y parece que lo van logrando.El letrado que defiende al hijo del senador reveló que el ministerio público habría manipulado supeustas grabaciones obtenidas de conversaciones telefónicas entre algunos de los imputados.En esas llamadas, que habrían sido obtenidas de "manera irregular", se habla de "camioncito", por decir "bote" y de "marrana" por querer decir "droga o cocaína".La teoría de los defesores técnicos es que el MP habría "editado" las conversaciones, "lo cual no está permitido por el código procesal penal".

Ya la pasada semana, un abogado demostró, o al menos eso pareció haber hecho, que el MP falsificó una orden de un juez para pinchar varios teléfonos.La idea de la defensa es desacreditar a la acusación para hacer rodar por el suelo sus pruebas.Ahora, los defensores técnicos no hablan de la "Comisión Investigadora" del Caso Paya, sino de la "Comisión Encubridora", que tendría sus "investigados favoritos".Los defensores cuestionaron, además, la validez de los "seis coroneles" investigadores que son usados como testigos.También refutaron la validéz de un reporte de servicio local medido sin firma ni membrete de ninguna compañía telefónica "por lo que esa prueba debe ser excluida del proceso"..A las 11.50 am, el hijo de Olivero Féliz, el letrado Manuel Aurelio Olivero Rodriguez, me toca por el hombro derecho, desde atrás, y me pasa una nota de prensa. Luego se retira y se sienta junto a su padre.

(El texto completo de la nota está al final de este artículo).Son las 12.00 M. Todo el mundo está despierto. Todavía no hay sueño.Los acusados lucen calmados, pero atentos.Este día Edward Mayobanex Rodríguez Montero vino a la sala con una camisa negra con abundantes puntitos amarillo-naranja. Llama menos la atención que la pasada semana cuando era el único que tenía una camisa con un color chillón, algo naranja.Tenía un corte de pelo extremadamente corto, ya se le ven los "tocones" de su pelo amarillo. Cuando intentó irse del país por el aeropuerto de Puerto Plata, la policía dijo que se había teñido el pelo de rubio.

Parece ser que ese es un tinte "rubio eterno" o es que son de ese color.Scarlet, la esposa del ex coronel Ricardo Rafael Guzmán Pérez, la única mujer del grupo de 27 imputados, vestía una blusa verde. Hoy vino un poco despeinada con un moño por encima de la nuca. Estaba sentada junto a su esposo. Se le notaba más triste que de costumbre. Cuando se levantó para ir al baño, como es su costumbre, un fotógrafo diminuto y avispadose apreseró a hacerle fotos cuando la custodia le colocaba los grilletes en las muñecas.Cuando ella se levanta para ir al baño, todos la miran de arriba a abajo. Se la encuentran elegante. Ella no mira a nadie, camina de frente y firme rumbo a sus custodias, mujeres, como ella.Montás Vargas, el propietario del dealer "Duro Motor", no vino con el traje de la pasada semana.

Lo hizo con una camisa de mangas largas de color limoncillo.El abogado Simé, que está aquí no como letrado sino como acusado, andaba con su clásica elegancia vestido de saco y corbata. Dormitaba un poco.Allá, en el extremo derecho, en la sexta de las nueve filas que ocupan los imputados y sus abogados estaba Daneris Andujar, leía el expediente.A él le imputan ser un supuesto testaferro de "El Don", ya fallecido, no quiere que le digan que está implicado en los asesinatos y recuerda cual es su acusación. En algún momento parecía que comía un pedazo de frutas. No es fácil permanecer sin desayunar hasta el regreso a prisión, cerca de las 5.00 pm o 6.00 pmA las 12.20 pm ya le dio algo de sueño a Jorge Luis Chalas, quien estaba derechito sentado en el banquillo de los acusados, pero tiene los ojos cerrados.

Parece dormir sentado, como hacen los "guachimanes".En ese momento, exactamente a las 12.20 pm no hay ningún periodista de los medios tradicionales del país.Parece que se fueron a las emisoras y los periódicos a escribir sus noticias.Frente al juez estaba un fiscal llegado de Azua respondiendo las alegaciones de la defensa de Sterlin Villalón, a quien reclamó que demuestre que a uno de los imputados le fueron arrancadas confesiones a golpes.Le preguntó al tribunal si tiene algún "certificado médico" que demuestre que el preso realmente fue golpeado por los investigadores.

No hay comentarios: