Los desheredados de la fortuna, los marginados de la sociedad, los que están del otro lado y no tienen esperanzas, los que esperan por un redentor social que los coloque en una situación digna y decorosa como seres humanos, cuando usan la expresión “llegó papá” están manifestando que ha llegado alguien que puede compadecerse de sus miserias, de alguien que va a arreglar la situación en que se están desenvolviendo, de alguien que va a poner en orden la casa.
“Llegó papá” es la expresión más cotidiana de nuestros barrios, que en nuestro lenguaje coloquial expresa la ascendencia que tiene una persona sobre nuestras vidas y que nos ofrece resolver alguna situación difícil o nos da una esperanza.
Con este tambor de guerra, Hipólito Mejía se ha ganado la simpatía de muchos militantes que no eran adeptos a su estilo peculiar de manejarse en el ámbito político, porque ven en él una esperanza de volver a conquistar el poder político.
Cuando parecía que Hipólito Mejía estaba sepultado políticamente, el hombre resucita con un mensaje esperanzador y con el claro objetivo de redimir a los marginados de la sociedad y reivindicar su nombre.
Hipólito Mejía ha recuperado el terreno perdido y ha ganado adeptos de otros lares políticos y esto se debe a que la nueva administración del PRD no ha sabido interpretar el deseo de los militantes del partido, imponiendo candidatos que nunca han gozado de la simpatía de los perredeistas y mucho menos de los votantes silentes.
Hipólito Mejía está en el ruedo político con un mensaje de renovación de esperanza y de reivindicación.
“Llegó papá”, una consigna redentora.
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