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miércoles, 11 de agosto de 2010

Testigos caso Paya le dicen al tribunal que no vieron droga y ni rostros de los miembros del comando asesino

Uno de los testigos dice que vio a Lara Martínez en la casa de los colombianos

Por: Robert Vargas

Santo Domingo.- La de este día martes diez de agosto fue una mala jornada para el Ministerio Público en la continuación del juicio de fondo del Caso Paya en el Tercer Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional.

Los dos testigos a cargo que ofertó el Ministerio Público le dijeron al tribunal que no podía identificar a ninguno de los hombres que se llevaron al grupo de colombianos, que luego fueron asesinados en Playa Viyella por una razón sencilla: todos tenían el rostro cubierto.

Otro detalle interesante es que los testigos de este día dijeron que nunca vieron droga en la casa de los colombianos.

Es más, todavía en el caso Paya no se ha hablado de los supuestos 1300 kilos de cocaína.

Un detalle más interesante aún es que ahora resulta que dos de los testigos del Ministerio Público, Emilio Basilio Victoria y su esposa Mercedes Carvajal son algo así como unos asalariados de la acusación.

Viuctoria, un anciano vivaracho, que apenas sabe escribir su nombre, según dijo, le explicó al tribunal que la Fiscalía le entrega diez mil pesos mensuales, alimentos y les paga una vivienda.

No está nada mal para una pareja de ancianos que solo tienen que sentarse allí a declarar lo que vieron o escucharon o, simplemente, "lo que recuerden".

Y, qué cosa, Victoria no pudo recordar la marca ni la splacas de sus patronos colombianos con los que convivió durante un mes y tres días, pero recordó perfectamente todo lo relativo a la jeepeta que supuestamente era propiedad de Luis Lara Martínez, quien en la acusación aparece imputado como "patrocinador" de la matanza de Paya, y ahora se le presenta como que fue el hombre que iba a la vanguardia del comando asesino.

Con frecuencia, Victoria mencionaba el sobrenombre de "El Churro" para referirse a Lara Martínez, aunque no se lo mencionaran.

Interrogado por el letrado Willian Garabito, Victoria explicó que cuando "los que se llevaron a los colombianos" llegaron, uno le dio "un tallazo" en el tórax y luego lo obligaron a colocarse boca abajo.

Eran hombres rudos los que le golpearon. A pesar de eso, el buen hombre tuvo la habilidad de mirar que frente a él se movían 12 piernas, por lo que hizo una simple división y determinó que se trataba de seis hombres.

Aunque observó con detenimiento las piernas, no se fijo el tipo de calzado que llevaban. Por eso no se lo dijo al letrado que lo interrogó.

Esta vez, Victoria le dijo al tribunal que no pudo ver a ninguno de los hombres que llegaron "vestidos de negro" en la jeepeta negra, aunque en el juicio preliminar explicó que al juez que quien conducía el vehículo negro era el nicaraguense Orin Clinton Gómez Harford.

La noche del cuatro de agosto de 2008, cuando fue cometida la matanza de Paya, ingresaron a la finca de "los colombianos" dos jeepetas, una de ella negra, y la otra blanca. Esta última sería la de "El Churro".

La esposa de Victoria, Mercedes Carvajal, una anciana que no recuerda su edad, fue la primera que reveló que la fiscalía le paga una mensualidad a su esposo.

Al principio no quería referirse al tema, pero se vio precisada a identificar al magistrado Francisco Polanco como el hombre que le entrega dinero a su marido.

Estas revelaciones han llevado a la defensa de Lara Martínez a sospechar que las declaraciones de la pareja podría estar condicionada por esos diez mil pesos que le paga cada mes el Ministerio Público y que le entrega personalmene Francisco Polanco.

Las suspicacias se acentuaron aún más cuando la defensa de Lara Martínez sugirió que el testigo de la Fiscalía habría pedido un millón de peso a Raysa Lara, hermana de "El Churro" para variar su testimonio.

Independientemente de esos debates, el anciano Victoria testificó que él, personalmente, le abrió la puerta de la finca a "El Churro"; dijo que no vio a ninguno de los que se llevaron a los colombianos y que nunca vio que los colombianos llevaran droga a la casa, sino "mucha comida".

Su esposa, Doña Mercedes Carvajal, era más cuidadosa al hablar. Es la misma señora que la pasada semana se desmayó cuando le preguntaron donde vive y algunas otras cosas.

Otra cosa quedó claro en la jornada de este martes: ella tampoco vio los rostros de ninguno de los miembros del comando que se llevaron a los colombianos y después lo mataron en Villeya.

Quizás por eso era que estaban tan sonrientes los imputados Edward Mayobanex Rodríguez Montero y Andrés Tapia Balbuena.

Sánchez Piña y Tapia Balbuena

Los dos, en algún momento, han sido identificados por el MP como "El Comando" que dirigió la operación que acabó con la vida de los colombiianos y provocó heridas graves al nicaraguense Orin Clinton Gómez, pero, hasta ahora, ninguno de los únicos dos testigos directos de lo ocurrido en Paya aquella noche del cuatro de agosto los ha identificado. Ninguno de los dos dijo que los vio en la casa de los colombianos.

Hasta Gilson Antonio González Martínez estaba contento porque el viejo Victoria le dijo al juez que la noche del cuatro de agosto no lo vio en la casa de Paya.

González Martínez es el chófer de Lara Martínez.

Y, si no lo vieron en el lugar entonces, estima su defensa técnica, no hay elementos vinculantes con la matanza.

Por eso, el abogado de Gilson dijo "no más preguntas su señoría". Estaba satisfecho. En esta etapa no había manera de vincular a su defendido con la matanza.

Gilson también estaba contento.

El Ministerio Público también dijo que estaba satisfecho al considerar que lo que quería probar, lo había logrado con los testimonios de la pareja de esposos a los que alimenta y da cada mes diez mil pesos.

Esto, a pesar de que Victoria le dijo al tribunal que "nunca había hablado con ninguno fiscal".

Estaba tan contento el Fiscal Francisco Polanco, que hasta decidió desistir de llamar a estrado a dos testigos que había propuesto para este día.

Decidió, de manera unilateral, cambiar el orden del proceso y llamó entonces a un "testigo", que no estuvo en la escena del crimen, sino después que este fue cometido. Ese testigo no era otro que un capitán de la policía.

En principio lo propuso contra tres de los imputados, Rodríguez Montero, Jesús Sánchez Piña y Roche Pineda.

Al final, ante las reacciones de los abogados defensores, el MP desistió de presentar el testimonio de su "testigo" contra Rodríguez Montero y Roche Pineda, optando por mantenerlo contra Sánchez Piña.

Pero, ¿Porqué el MP desistió de interrogar a dos de sus testigos y violentar el orden del proceso?

El magistrado Polanco le dijo al tribunal que lo hacía porque sentía que sus intenciones probatorias habían quedado satisfechas con lo dicho por la pareja de ancianos a las que él paga diez mil pesos mensuales.

Quisimos conocer la versión de Luis Lara Martínez, quien iba quedando como el malo de la película y esto fue lo que, más o menos, respondió:

- "Lo que pasa es que el MP sabía que al presentar a esos dos testigos se demostraría que el vehículo que dicen que era mío y en el que supuestamente yo llegué a esa finca realmente no es mío. Eso se podría demostrar, y por eso esa decisión. Quieren seguir diciendo en la prensa muchas cosas sobre mí, pero todo hay que demostrarlo".

-¿Tú estuviste esa noche en Paya?, le cuestionamos.

-"No", respondió El Churro.

El juicio de fondo del Caso Paya apenas está en su etapa inicial.

Seguirá el próximo jueves con las exposiciones de un grupo de oficiales presentados por la Fiscalía.

La matanza de Paya fue cometida la noche del cuatro de agosto del año 2008 en Playa Villeya, Paya, Baní en el marco de un presunto tumbre de unos 1300 kilos de cocaína, de la que nadie, hasta ahora, ha dicho que vio ni un solo gramo.

Por el caso están imputados un grupo de civiles y ex oficiales superiores de la Marina de Guerra.

En total son 22 los imputados. Solo uno se ha declarado culpable de lavado a cambio de obtener una sentencia benigna.

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